Juan Vicente Piqueras en Márgenes 1-2 (1980) " cuando los labios y la piel recuerdan " A esta ciudad de Istanbul inmensa como la gloria que conocieron sus muros, hermosa como la juventud que contemplé y me contemplaron, a este bar -precisamente a éste-, a este vino, acudo ciegamente a remover mi herida, palabras y penumbras donde falta el consuelo, palabras y penumbras solas y entristecidas. Solo, a esta mesa desvencijada y sucia acuden los destellos lujuriosos que otras manos de luz en mi piel concertaron, para que en esta noche me sea dado amarlas y sentir en mi carne, ya marchita, la ausencia de mi vida y de su tacto que la moral cristiana condenara. Me duele el pensamiento. Me vence la verdad. Y me ocupa el dolor por los días perdidos, mientras el mar respira a través de mis manos. En este bar pequeño de esta inmensa Istanbul para acabar mis días lanzo un ruego a los dioses: Ya que mi cuerpo ha sido, cuando joven y hermoso, olvidadizo, inepto,...