El Cardenal Bembo escribe a Lucrecia Borgia

Luis Antonio de Villena, Sublime solarium (1971)

Carpe diem quam minimam credula postero
HORACIO

Chi vuol esser lieto sia:
di doman non c'è certezza
LORENZO DE MEDICI

Tormenta de rubí, cristal o seno,
una diosa atraviesa el ancho espacio,
y siente el labio aromas de topacio,
cortinas luengas, dulce desenfreno.
Combatir no es posible el viento pleno
que del desierto trae raudo o despacio,
la arena o rosas que con paso lacio
el collar cumple al final de tu veneno.
Acepta, pues, y omite la costumbre,
estatua juzga el resto de tus días
y el jade de tus labios da a la lumbre.
No pienses en más islas apacibles,
la copa y los perfumes en que fías
todo ya es. Lo demás son imposibles.



Frank Cadogan Cowper, Vanity (1907)

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