Digamos que Ámsterdam, 1943

José Emilio Pacheco, No me preguntes cómo pasa el tiempo (1969)

El agua vuelve al agua.
Qué inclemente
caer de lluvia sobre los canales
en la mañana inerme.
Y a lo lejos
un silbato de fábrica.
Entre sábanas, roto, envejeciendo
está el periódico;
la guerra continúa, la violencia
incendia nuestros años.
Bajo tu cuerpo y en tu sueño duermes.
¿Qué será de nosotros?
¿Cuándo y dónde
segará nuestro amor el tajo, el fuego?
Se escucha la respuesta:
están subiendo.
Me voy, no te despiertes:
los verdugos
han tocado a la puerta.
























Tavik Frantisek Simon, Viejas casas, Ámsterdam (1909)

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